viernes, 25 de septiembre de 2015

Puerto Mediterráneo y el Pacto del Botánico

Cuando la nueva mayoría parlamentaria aprobó el Pacto del Botánico como ejes programáticos del gobierno me alegré mucho, pero mucho. Porque pensé que las cosas podrían mejorar para la mayoría y que, además, algunos de sus puntos implicarían cambios de modelo, no solo mejoras puntuales. La apuesta por el comercio de proximidad, por la eficiencia energética y las energías renovables, o por la logística inteligente que minimize el impacto ambiental son cuestiones que pueden suponer un cambio profundo, o no tanto... Depende de lo que se entienda por estas cuestiones. Depende de hasta donde se quiera llegar para transformar las cosas y empezar a sentar las bases para que nuestra economía sea cada vez menos dependiente del carbono y más sostenible. Porqué aunque el petroleo esté barato ahora mismo, es sabido que hemos llegado a los últimos estertores de la sociedad que conocemos, basada en combustibles fósiles importados que aceleran el cambio climático. Ahora es el momento de reorganizar el transporte para dar más preponderancia al tren y otros modos de transporte colectivo y a la bici, de organizar las ciudades para que no haga falta coger el coche, para tener todo a mano revitalizando el comercio de los centros urbanos... Es un reto que supone replantearse la forma de vivir, de consumir y de relacionarnos.
En este nuevo paradigma no encajan los macrocentros comerciales al estilo de Puerto Mediterráneo, un centro comercial de una extensión de 140 hectáreas (como 140 campos de fútbol), con comercios, hoteles, casinos, cines, lago artificial, etc. Un macrocomplejo que el Partido Popular impulsó en Paterna con una normativa que se saltaba la autonomía municipal y que daba al Consell la potestad de aprobarlo. Este proyecto ha pasado sin aprobar a la nueva administración, que lo tiene que estudiar.
El conseller de Economía ya ha dicho que no quiere Puerto Mediterráneo porque devastaría más aún al pequeño comercio. Por supuesto que sí, porque por cada puesto de trabajo que creara se perdería uno y medio, no solo del pequeño comercio sino de otras grandes superficies. Hay estudios que avalan y corroboran esto. Y no hay que irse muy lejos para comprobarlo: el Parque Comercial Thader, en Murcia, ha descalabrado el comercio de la ciudad y ha afectado al modo de vida de sus habitantes. Y aquí en Valencia hay centros comerciales, como Bonaire, por ejemplo, que tienen cada vez más locales vacíos. 
Pero el tema va mucho más allá: Puerto Mediterráneo es un exponente del tipo de desarrollo urbanístico que ha comenzado a formar parte del pasado, aunque esté aún muy presente: me refiero a los centros comerciales separados de las ciudades donde tienes que llegar en coche, donde se estimula la compra compulsiva, que devoran territorio y son grandes consumidores de agua y energía fósil. 
Los promotores de Puerto Mediterráneo están llenando estos días las calles de Paterna de encuestadores que bajo una apariencia neutra explican la cantidad de trabajo que creará (no dicen el que destruirá), que ellos se pagarán los accesos (no dicen que estos accesos estrangularán y aislarán barrios enteros) y otras muchas mentiras pagadas que intentan condicionar la opinión de los habitantes de Paterna para que voten a favor en una consulta convocada.
El Consell debería haberse pronunciado ya sobre este centro, igual que hizo con el de Rabasa en Alicante. Tendría que haber dicho ya que un centro así no casa con el Pacto del Botánico. Es una gran barbaridad desde todos los puntos de vista: medioambiental, porqué dejaría a Paterna sin uno de sus tesoros ambientales más preciados: una porción de tierra con pinadas, algarrobos, un barranco precioso, que podría entroncar con el parque natural del Túria por uno de sus extremos; energético, porque supondría un gran aumento de emisiones, y también económico, por los puestos de trabajo que destruiría. Entonces, ¿qué espera el Consell para posicionarse? Hablo de un posicionamiento político y ambiental, no técnico. Hay que mojarse, señor Puig. Hay que mojarse, señora Oltra. Lo están haciendo en muchas cosas. En esto también es necesario. Ah, y señor Puig, diga al alcalde de Paterna, de su partido, que él también forma parte del PSOE, y que es necesario que se defina. Que se vuelva a leer el Pacto del Botánico, y que igual que ha rechazado la Zona Franca, otra herencia del PP, tiene que hacer lo mismo con Puerto Mediterráneo.
Cristina Domingo

jueves, 2 de julio de 2015

Las trampas de Sagredo

Andres Visiedo 

Llego al primer puesto en las listas del PSOE local haciendo trampas. En las primarias en las que fue proclamado candidato a la alcaldía votaron hasta los muertos, pasando por vecinos de otros pueblos hasta llegar a personas que directamente no existían. Hizo una campaña tramposa usando la imagen de los partidos rivales para hacer propaganda de desprestigio de estos, haciendo de esta campaña electoral la más sucia de la historia de Paterna. También se inventó una encuesta que coló a un medio afín a golpe de talonario en la que obtenía 9 concejales, 7 el PP i 2 compromís. Nada más lejos de la realidad.
Su único objetivo hasta ahora ha sido conseguir el poder de la ciudad. Y como si de un niño se tratara, el día trece de Junio levantó su juguete (la vara de mando de la ciudad) con los ojos brillantes y el corazón lleno por haber conseguido lo que tantas trampas le costó.
Pero como dice el dicho castellano. Antes se pilla a un tramposo que a un cojo. Y Sagredo se encuentra atrapado entre su egocentrismo (recordemos su campaña electoral), sus ansias de disfrutar del juguete sin injerencias y la pura realidad. Y ésta, testaruda, le recuerda día tras día que dispone de apenas 6 concejales, y que por mucho que tenga la vara de mando, el poder está en los 19 regidores de la oposición; y que, o llega a algún acuerdo con algún otro grupo político, sea de derechas o de izquierdas (tampoco parece que eso le importe demasiado) o acabará perdiendo el juguete que tantas triquiñuelas le ha costado.

lunes, 29 de junio de 2015

L'Emperador nu

Amb la constitució de l'ajuntament de Paterna el passat 13 de juny, va quedar palesa la poca disposició del nou alcalde electe, Juan Antonio Sagredo, a la negociació i el consens.
Primer per no poder arribar a un acord amb les forces d'esquerra per poder crear un govern solvent amb majoria suficient per a governar i segon per la incapacitat de consensuar l'espai físic i les diferents alliberacions que correspon a cada grup municipal.
Però més preocupant encara és a hores d'ara la paralisi que afecta l'ajuntament de Paterna, com han denunciat els diferents grups municipals, per la incapacitat del nou equip de govern de fer-se càrrec d'un municipi com el nostre, amb gairebé 70.000 habitants. I és que, com ja va advertir la portaveu del PP, és una bogeria intentar portar el consistori amb només 6 regidors.
Tot fa pensar que la soberbia del senyor Sagredo li estan duent a un cul de sac del que difícilment podrà eixir. Aquesta soberbia ha fet que no pactara amb cap dels grups municipals cap política ni cap normativa de les que afecten al nostre poble.
De res han servit les crides al diàleg i consens llançats des dels diferents partits de l'oposició, tant d'esquerra com de dreta, el senyor Sagredo s'ha mostrat inflexible a la negociació i damunt s'amaga darrere dels mitjans de comunicació o els correus electrònics sense donar la cara com tantes vegades s'ha denunciat les darreres setmanes.
Mal començament per a un alcalde elegit amb els vots de només 6 dels 25 regidors del consistori.
Si hom es planteja un escenari pitjor que l'actual, l'únic que se'ns pot vindre al cap es que el cap de llista del PSOE de Paterna gaudira d'una majoria suficient com per a fer i desfer com li vinguera en gana.
Amb aquests 6 regidors l'emperador està nu però, en aquest cas, el poble de Paterna patirà les conseqüències.